5 Estrategias para dinamizar nuestras clases y activar el aprendizaje

5 Estrategias para dinamizar nuestras clases y activar el aprendizaje

Aunque sabemos que la motivación y la atención son la puerta de entrada al aprendizaje, es necesario establecer prácticas y estrategias que las promuevan.   En esta infografía te mostramos 5 estrategias basadas en cómo funciona el cerebro que pueden ayudar a dinamizar una clase y crear un clima de aprendizaje.

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1.  Un buen comienzo

La primera estrategia es iniciar la clase captando la atención con imágenes, videos o cualquier material que nos sirva para conectar al estudiante con un tema en particular. Esta estrategia tiene en cuenta que el cerebro no presta atención todo el tiempo, y qué particularmente al inicio y al final de una sesión está más dispuesto para asimilar conceptos. Además, está ampliamente demostrado que capta nuestra atención lo novedoso, los estímulos visuales, las recompensas, todo aquello que nos sorprenda y nos cause curiosidad. Este efecto está asociado a la respuesta del sistema meso límbico, que se encarga de mantenernos en un estado de alerta, como respuesta a estímulos visuales o auditivos inesperados (Posner & Petersen, 1990). Por esta razón si iniciamos con lo más importante capturando la atención del estudiante, tenemos más posibilidades de conservarla durante el resto de la clase o de que recuerde esta primera parte de la clase.

2. El uso de las preguntas

Hacer preguntas y evaluar constantemente permite conocer el grado de asimilación del estudiante y refuerza el aprendizaje. Esta estrategia tiene en cuenta que durante el cuestionamiento el cerebro del estudiante se activa poniendo en marcha la recuperación activa de los conceptos que requiere. Además, tiene ventajas en términos de aprendizaje frente a otras cómo la elaboración de mapas conceptuales, la lectura u otras estrategias pasivas. Se recomienda formular preguntas y realizar evaluaciones desde el comienzo de los temas y de forma periódica y frecuente. De esta manera, se obtienen una serie de beneficios; como aumentar la retención de conceptos en el tiempo, mejorar conexión entre temas, motivar a los estudiantes, entre otros (Karpicke & Blunt, 2011).

3. Crear un clima de participación

La tercera estrategia es promover la participación a través de la creación de un ambiente de confianza y la eliminación de factores de stress que puedan limitar a los estudiantes en el momento de expresar sus opiniones. Sobre este tema, se ha demostrado que la participación aumenta el compromiso de los estudiantes y mejora la comprensión, favoreciendo el aprendizaje activo (Heyman & Sailors, 2011). Además la participación y la discusión de temas en clase, permite a los estudiantes adquirir destrezas cognitivas a través de la resolución de problemas, la organización de conceptos, la formulación de argumentos, y probando sus ideas ante sus pares, lo que sirve para que pueda responder críticamente a diversos puntos de vista (Davis, 1993). La participación en clase no sólo ha sido explorada bajo metodologías convencionales, sino que algunos estudios han mostrado cómo se puede mejorar a través de la tecnología, promoviendo discusiones en linea o la participación en clase a través de clickers o dispositivos de respuesta automática (Arbaught, 2000; Bump, 1990; Ellis et. al., 2006).

4. Crear vínculos emocionales

Un cuarto elemento importante para dinamizar y mejorar el aprendizaje es conectar los contenidos con la vida de los estudiantes buscando generar un vínculo emocional con ellos. Este es uno de los principios más poderosos, ya que en neurociencia es bien conocido que las emociones nos ayudan a almacenar y evocar memorias de una manera más efectiva (Erk, 2003). Por otro lado, es una estrategia que mejora la motivación, ya que es difícil que alguien se interese por algo que no encuentra útil o relevante. Para implementar esta estrategia se recomienda reconocer los intereses personales de los estudiantes en procesos diagnósticos iniciales. Esto nos permitirá plantear objetivos reales y conectar los contenidos con el contexto de la clase y de los estudiantes.

5. Aprendizaje cooperativo

Finalmente, la utilización de actividades grupales nos permite generar competencias sociales y mejorar el clima de aprendizaje. En este aspecto, el descubrimiento de las neuronas espejo ha ayudado a comprender cómo la imitación es la base del aprendizaje, y lo que permitió que la cultura se transmitiera de generación en generación desarrollando empatía por nuestros pares. Por otro lado, cuando se trabaja en una ambiente colaborativo se libera más dopamina, lo que facilita la información entre el sistema límbico y el lóbulo frontal, favorece la memoria a largo plazo, y crea un ambiente de bienestar entre las personas que colaboran. De hecho, se le atribuyen muchos beneficios al aprendizaje cooperativo, entre los cuales se pueden mencionar un mayor rendimiento y productividad, la construcción de relaciones sociales solidarias, y la mejora en la autoestima y salud psicológica de los individuos (Marjan, L., & Seyed, M.G, 2012).

Referencias

Arbaugh, J. B. 2000. The virtual classroom versus physical classroom: An exploratory study of class discussion patterns and student learning in an asynchronous internet-based MBA course. Journal of Management Education 24(2): 213–233.

Bump, J. 1990. Radical changes in class discussion using networked computers. Computers and the Humanities 24: 49–65.

Davis, B. G. 1993. Tools for Teaching. San Francisco, CA: Jossey-Bass.

Ellis, R. A., P. Goodyear, M. Prosser, & A. O’Hara. 2006. How and what university students learn through online and face-to-face discussion: Conceptions, intentions and approaches. Journal of Computer Assisted Learning 22: 244–256.

Erk, S. et al. 2003. “Emotional context modulates subsequent memory effect”. Neuroimage, 18.

Heyman, J., & Sailors, J.J. 2011. “Peer assessment of class participation: applying peer nomination to overcome rating inflation”. Assessment and Evaluation in Higher Education, 36 (5), 605–618
Karpicke, J.D. & Blunt, J. R. 2011. Retrieval Practice Produces More Learning than Elaborative Studying with Concept Mapping. Science, Volume 331, Pages 772-775

Marjan, L., & Seyed, M.G. 2012. Benefits of colaborative learning. Procedia – Social and Behavioral Sciences 31 (2012) 486 – 490

Posner, M., & S, Petersen. 1990. The attention system of the human brain”, Annual Reviews of Neuroscience,1990.

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